– Fabula Espiritual + vídeo intro
Acepta que el momento en el que te encuentras es perfecto para iniciar tu camino
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Que Comience la Historia El Sherpa, El Sabio y el Viajero !!!
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¿A donde vas tan rápido? le preguntaba un Sabio a un viajero…
El viajero le dijo: Voy en busca del nirvana, me han dicho que se encuentra encima de esa montaña que puedes ver a lo lejos, dicen que es la mejor sensación que un ser humano puedo experimentar, llevo preparándome para el ascenso toda mi vida, sacrificándome y esforzándome para estar preparado para esta aventura.
El sabio le dijo: ¿Y cómo te sientes en este instante?
El viajero: La verdad es que estoy desesperado, llevo buscando al Sherpa que debe acompañarme a la cima durante una semana y parece que ha desaparecido.
El Sabio: ¿Y si cuando subes resulta que no sientes ese nirvana que tanto estas buscando o que es tan fugaz como encender un interruptor de la luz?
El Viajero: No digas tonterías viejo, he leído cientos de libros de personas que subieron a la montaña y todos ellos dicen que despues sentían el nirvana dentro de si mismos.
El Sabio: ¿Y si ya sentían ese nirvana del que hablas antes de que subieran a la montaña?
El Viajero: Eso es imposible, es el subir a la montaña lo que te aporta esa sensación que luego te acompaña siempre en la vida.
- El viajero enfadado se despidió del sabio y por fin encontró al sherpa que “debia” ayudarle a alcanzar la cumbre de la montaña.
El ascenso fué relativamente bien, El viajero se había preparado durante toda su vida para subir esa montaña y lo consiguió.
Al encontrarse arriba, sintió el nirvana, una sensación impagable de poder absoluto, solo duro un segundo, de repente su mente empezó a divagar pensando en que le hubiera gustado compartir la cima con su ex novia, la cual perdió por prepararse tan duramente para el ascenso.
Pensó también en ese amigo suyo que a última hora no se atrevió a ascender la montaña.
El nirvana paso en un instante a un mal estar interior y un sentimiento de soledad y tristeza.
Le pregunto al Sherpa: Oye, no te has quejado durante todo el viaje, deberías estar cansado de subir siempre a esta estupida montaña que no da el nirvana que tanto decían los escritores en sus libros.
El Sherpa: No es la montaña lo que da el Nirvana, eso se lleva dentro antes de iniciar el viaje, y lo que ocurra en este, que podamos subir o no, no modifica este sentimiento de plenitud interior.
El Viajero: ¿Cómo puede ser? Eso es lo mismo que me dijo el viejo del pueblo, eso no es posible.
- El viajero no entendía nada, sentía rabia y frustración, había desperdiciado su vida en busca de algo que no había encontrado. De repente surgió en el una nueva visión.
Le preguntó al Sherpa: ¿Y esa montaña que podemos observar desde aquí y es mucho más grande que esta como se llama?
El Sherpa dijo: La Montaña De los Desdichados
El Viajero: – Seguro que me he equivocado de montaña, el Nirvana se tiene que encontrar en esa cumbre, ahora lo entiendo, esto solo era el primer paso, si subo allí seguro que lo encontraré.
El Sherpa dijo: ¿Quieres que subamos allí?
El Viajero: Por supuesto, estoy tan cerca de conseguirlo, vamos allí.
Los dos subieron El Sherpa con cara de estar en paz, y el viajero con ansia de llegar a la cumbre.
Y los dos llegaron a la cima de la montaña.
El Sherpa: – ¿Cómo te sientes viajero encontraste el nirvana?
El viajero: – La verdad es que no siento nada, solo cansancio e impotencia, he debido de equivocarme de nuevo.
El viajero se rindió y se puso a llorar pero no quería que el sherpa lo viera, se decía a si mismo he perdido todo lo que quería por un sueño estúpido, todo mi dinero, a la novia que siempre quise, mi trabajo y ahora aquí estoy solo en una montaña sin nada.
Nuestro viajero partió con el último dinero que le quedaba a la casa en la que vivía en Alemania, allí se derrumbó completamente durante días y días. No salia de casa ni para comprar el pan, solo lloraba, se sentía impotente, lleno de rabia.
Llegó un momento en el que sus lagrimas se secaron pues ya no quedaba agua dentro de si mismo para que siguiera llorando.
De rodillas, sin fuerzas, se dijo a si mismo en alto: -Me rindo, no se que hacer con mi vida, estoy solo, no tengo dinero y ningún futuro prometedor, sintió dentro de si el mismísimo horror, un sentimiento tan poderoso del cual todos los humanos huimos siempre que podemos, pero el ya no tenia fuerzas para huir de ese sentimiento, lo abrazo y lo acepto, acepto donde se encontraba y como se sentía completamente, de repente sintió la paz dentro de si mismo, el nirvana que tanto había buscado se había hecho presente dentro de el.
¿Cómo puede ser? ¿Cómo puedo sentirme tan pleno y realizado? Si no tengo dinero, no cumplí mi sueño, no tengo trabajo ni novia… esto es un milagro se decía a si mismo.
De repente un pensamiento distinto hizo aparición en su mente, era el sabio que se encontró cerca de la montaña.
Le dijo: – Aquello que con tanto sacrificio buscaste fuera, se encontraba dentro de ti detrás del dolor que te hizo perseguir sueños de grandeza, ahora tienes el mayor regalo que la vida puede darte, te has aceptado a ti mismo, aquello que sientes sin huir con deseos, has aceptado la situación de vida que te envuelve, ahora si estas preparado, para subir todas las montañas que desees y sentir el nirvana.
El Viajero entendió la más poderosa lección que la vida tenía para enseñarle, entendió que el era el nirvana y que lo que había hecho durante toda su vida, era huir de el mismo, creía que esos sentimientos que sentia de soledad, de impotencia, de dolor, se cubrirían teniendo deseos y metas, pero se dio cuenta de que cuando conseguía aquello que se proponía, nada iba como mentalmente lo había establecido, se dio cuenta de que no necesitaba a nada ni nadie para sentirse pleno y desde ese instante, su vida, empezó a cambiar, encontró amigos verdaderos con los que hacer cosas increíbles, encontró una nueva novia que le entendía, le comprendía y también había encontrado dentro de si mismo el nirvana, creó el trabajo de sus sueños en el que sus talentos eran aplicados cada día con pasión.
Paradojicamente cuando ya no necesitaba ninguna de las cosas que siempre anduvo buscando desde el sentimiento de carencia, la vida le trajo todo lo que quería, para ver si de verdad era capaz de amar esas cosas, sin sentir miedo de perderlas. Y así fue.
Alberto Enguita
El Sherpa, El Sabio y el Viajero – Fabula Espiritual
Gracias por compartir esta gran enseñanza, sin más palabras que escribir ?
Gracias Mailen !!