Existen dos opciones muy diferentes de ver la vida y de actuar.
Los primeros se guían por aquello que sienten dentro de si mismos, este es el grupo más común de la población, se puede ver muy claro cuando la gente pide deseos antes de empezar el nuevo año.
- Me apuntaré a un gimnasio y me pondré en forma.
- Dejaré de fumar.
- Cuidaré más mi formación y aquello que leo.
Cada uno se dice a si mismo aquello que quiere hacer, pero llegada la hora de la verdad la realidad normalmente suele ser muy diferente.
A los primeros dolores y mal estar interior, nuestra mente empieza a disparar pensamientos tóxicos: que si tu no puedes hacerlo, que si no merece la pena, que si hoy no nos apetece. Y pasados dos meses adivina donde estamos, en el mismo punto de partida; nos encontramos en el mismo sitio y nuestros deseos se han esfumado completamente.
Existe otra forma de vivir, a la que solo acceden aquellos que tienen despierta su conciencia del presente. Ese observador neutro que permite observar aquello que pensamos y sentimos sin creerlo completamente, lo que nos otorga un punto de libertad para conseguir nuestros deseos.
¿Haces caso a lo que sientes o a lo que dices que deseas?
Existe una palabra que se llama integridad y que consiste en cumplir con nuestra palabra aunque nos sintamos mal. Aunque nuestra mente no quiera, cumplimos con lo que hemos dicho pagando el precio de sentir esas emociones que no nos gustan.
El primer grupo, nunca consigue sus sueños porque se detienen ante si mismos.
El segundo grupo, conoce las leyes de la creación de la realidad personal y consigue resultados excelentes, que vistos desde el otro grupo en algunos casos parece imposible.
Claro, estos últimos han decidido pagar el precio de observar dentro de si mismos el dolor y todo aquello que se produce derivado del crecimiento interior.
Los del primer grupo decidieron sentirse medianamente bien ahora, pero dejaron su futuro en manos de otras personas, o peor aun en manos de la programación mental y el sistema de creencias que te lleva al mismo lugar donde te encuentras, la tan conocida zona de confort.
Los motivos principales por los que las personas no cumplen sus deseos es porque realmente aquello que desean no tiene la suficiente fuerza como para cambiar.
Quiero contaros un caso de superación personal en el mundo del Deporte de Combate es especifico en las Artes marciales Mixtas, su nombre es Conor McGregor y como muchas veces, es mejor ver un vídeo para enterarnos rápido de su historia aquí os lo dejo:
Solo cuando tenemos un deseo Ardiente dentro de nosotros que es capaz de que vallamos mas allá de nuestros propios limites internos, podemos conseguir alcanzar la gloria.
En el caso de McGregor está más claro que nunca que si no hubiera entrenado todos los días durante todo el tiempo posible, no podría haber tenido ninguna posibilidad de éxito.
Tuvo una visión y pago el precio para conseguir aquello que quería, es algo que todos los que queramos llegar a cotas lejanas, debemos hacer.
Es hora, de que todos nosotros nos marquemos a donde queremos llegar y nos entrenemos diariamente para llegar a donde hemos dicho que iríamos; aunque nuestra mente y emociones no quieran que sigamos avanzando, sintamos dolores, mal estar físico o incluso creamos que no podemos seguir adelante.
McGregor no tenía ni para comer, pero decidió seguir adelante con todo, y aunque es un personaje muy polémico actualmente, nos sirve como un ejemplo claro de superación, un ejemplo de que se puede llegar, aunque provengas de una familia sin grandes lujos, aunque no tengas unos super estudios, aunque no tengas posibilidades actualmente.
Siempre pienso en una frase cuando mi mente piensa que no tengo los recursos para seguir adelante.
Es una frase que aprendí hace mucho tiempo y que me permite seguir siempre hacia adelante.
Pienso que la vida nos ha concedido el talento de la imaginación por algo. Sería una autentica falta de respeto para la humanidad que tuviéramos el don de imaginar y visualizar nuestro futuro y lo que queremos hacer y que no pudiéramos concretarlo y hacerlo real.
Te toca decidir a donde quieres ir, puedes tomarte un segundo y escribir en un papel esa frase de resultado a la que quieres llegar, imagina con los ojos de tu mente eso que quieres conseguir con todo lujo de detalles y después haz un pacto contigo mismo ¿Cuál es el precio que vas a tener que pagar?
Tenemos una Vida, aprovéchala.
Deja una respuesta